12. El agadir: granero colectivo. Patrimonio compartido en las dos orillas del Mediterráneo

El agadir, en tachelhit del sur de Marruecos, o igherm/ighermt en amazige del centro de Marruecos, consta siempre de varios elementos: espacios de almacenamiento de bienes (de 16 a 290 espacios), murallas, atalayas, tanodfi (depósito de agua), alojamiento para el guardia, alojamiento para los inflass (personajes importantes elegidos por la tribu), talleres de artesanos, a menudo judíos, zona de rezo, colmenas colectivas, espacios comerciales, establos, etc.

Antaño, el agadir servía como refugio y lugar de transacciones comerciales, pero desempeñaba también un papel político y jurídico (sede de los inflass – personas destacadas -). Esta institución también tenía funciones sociales y religiosas. Según los escritos antiguos (Diodoro de Sicilia, Salustio y Plinio el Viejo), el agadir existe al menos desde el primer siglo antes de Cristo en el norte de África. En Marruecos, en la época medieval, el agadir evolucionó y empezó a disponer de un reglamento de gestión (derecho consuetudinario amazige) llamada llouh. La versión más antigua (de Ajarif) se remonta a 1344 (dinastía meriní, gob.1244-1465) y fue aprobada por el sultán saadí en el siglo XVI, lo que permitió la difusión de estos reglamentos y su generalización a otros graneros.

Hoy en día, los agadir, que siguen siendo funcionales, sobre todo en el Sirwa y el Sus, permiten almacenar bienes y grano, lo que explica su nombre de granero colectivo, al igual que los hórreos en Galicia, los espigueiros en Minho (Portugal) o el agassrou tunecino y libio. Recientemente, se ha solicitado su registro como Patrimonio de la Humanidad en la UNESCO.


Hassan Ramou

Universidad Mohammed V de Rabat

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