13. Organización política y social

La inserción del Mágreb en el espacio islámico (dar al-islam) propició nuevas estructuras de poder cuyo dominio territorial variaba considerablemente: la ciudad de Tahart (ahora en Argelia), fundada por el imam  oriental Abd al-Rahman b. Rustam (s. VIII), gobernó con un importante apoyo de tribus bereberes; el emirato de los Idrisíes (s. IX) controló buena parte del actual Marruecos, en lugares como Fez o Sigilmassa (ahora Rissani). Posteriormente el siglo X magrebí fue testigo del ascenso de los chiíes fatimíes y del califato que fundaron, rivalizando con los omeyas andalusíes por el control del Mágreb y sus recursos.

Capítulo aparte merecen los Almorávides (s. XI) y Almohades (s. XII), cuyas bases eran íntegramente bereberes con tribus preponderantes: los Sinhaya y Lamtuna, en el caso de los primeros y los Masmuda, para los segundos. Su expansión territorial se dirigió hacia al-Andalus, y en el caso de los Almohades, también hacia el Mágreb central, integrándolos en su califato. La organización del estado almohade refleja un modelo típicamente bereber de representación grupal (ahl al-yama’a, ahl al-jamsin), que formaba parte de la propia estructura del imperio. La actual yama’a, asamblea de notables de carácter local, manifiesta la pervivencia de este sistema en la sociedad. En ella hay que destacar igualmente la twiza, práctica tradicional de trabajo cooperativo colectivo.


            Helena de Felipe Rodríguez

Universidad de Alcalá

 Miguel Ángel Manzano

            IEMYRhd-Universidad de Salamanca